martes, 9 de octubre de 2012

No quiero volver

Mamá

Ya lloré mucho pues no quería regresar. No te imaginas lo bien que me sentía cuando estaba en la casa, aunque supuestamente ésta es mi casa no la siento mi hogar (ahora me siento como en un hotel, y uno muy incómodo)

Pienso que no es justo que yo está aquí, pero desgraciadamente así tiene que ser.

Creo que me acostumbré muy rápido a estar todo el tiempo contigo, ahora se me va a hacer más difícil tratar de llevar la situación aquí. Lo bueno es que voy a la escuela por las tardes, sino te juro que me vuelvo loca.

De todas maneras se que tu y tu esposo siempre estarán conmigo (al menos eso creo) y yo les quiero mucho.

Ya me cansé ¿de qué? no estoy segura o no quiero saberlo pero, ¿sabes una cosa? no me costaría nada de trabajo dejar mis cosas.

¿Por qué no fueron las cosas de otra manera?

No pienses que ya no quiero a mi abuela, al contrario la quiero mucho, pero preferiría estar contigo.

Sé que tu también debiste sentirte triste, lo vi en tus ojos. ¡Mami yo no quería regresar! ¡No es justo!

Con todo mi amor, tu hija



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Hace unos días estuve haciendo algo de limpieza y me encontré con algunas cosas que había escrito de pequeña y de adolescente, fue una sorpresa pues pensaba que había quemado esas cartas. 

Lo que acaban de leer es una carta que le escribí a mi madre unos meses antes de ser violada por mi tío y decirlo. Yo pasaba los fines de semana en casa de mi madre, pero en esa ocasión fue más tiempo porque mis abuelos se encontraban fuera de la ciudad y me quedé al cuidado de mi madre, fueron unos días muy felices, no extrañaba para nada las comodidades con las que contaba en casa de mis abuelos. 

Llegó el día de volver a "mi casa" y no quería bajar del auto, lloré, supliqué... mi madre casi lloró conmigo, pero el resultado fue el de siempre... tenía que quedarme en aquella casa. Mi desahogo fue escribir esas líneas y seguir con mi vida. Mi madre nunca leyó esta carta, para mi no tenía sentido entregársela, no conseguiría cambiar la situación; si mis lágrimas y súplicas no pudieron no lo haría un pedazo de papel.

Las cosas desde entonces no han sido muy felices siempre pero han mejorado con el paso del tiempo.

Leer esa carta me hizo sentir algo de tristeza pero mi actitud ante eso es... "ya que", ahora mi vida es completamente distinta y me siento bien al respecto, hace un par de años en medio de una discusión le recordé esa noche y le dije como me sentí, así que al final de cuentas no me quedé con ello. 

El hubiera no existe, yo tengo mis demonios y mi madre los suyos.

1 comentario:

  1. Esas cartas que escribimos y que rara vez entregamos al destinatario... a menudo de pequeña solía escribir cómo me sentía, a veces algunas cartas, otras eran simplemente sentimientos. Cartas que nunca llegaron a su destino, porque tampoco le veía el sentido.

    Ahora me pregunto si tal vez haber entregado alguna de esas cartas hubiera cambiado mi situación un poco.

    Me ha gustado eso de "el hubiera no existe". Suelo usarla tan a menudo aun sabiendo que las cosas son como son, y no se pueden cambiar...

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