martes, 17 de febrero de 2015

XX

Aquí estoy de nuevo frente al teclado haciendo un inventario, celebrando otro "cumpleaños"

Hace poco más de un año me despedí de mi abuela, tuve la oportunidad de decir adiós y decirle que la quería, traté de estar en paz y ella me respondió con silencio, está bien... me despedí de la parte de ella que fue mi madre.

Veinte años han pasado desde que rompí el silencio por primera vez, este año esperé con ansia esta fecha, estoy ¡Contenta!... sí, contenta.

El último año estuvo lleno de muchas experiencias, me enfrenté a pruebas difíciles a la hora de relacionarme con la gente y aprendí una gran lección, ser jefe no es lo mismo que ser líder y quien tiene sueños de grandeza se siente amenazado por cualquiera que sea diferente y que no baile a su ritmo. Aprendí también que tengo que ser más directa a la hora de expresar mi opinión. Pude observar desde primera fila que salir de una relación de violencia psicológica no garantiza que no tengas otra relación similar aunque no sea amorosa. Aprendí a ser más cuidadosa cuando mi radar de "gente de mierda" se activa. Me di cuenta que la gente prefiere que seas un hijo de... a ser una persona con una enfermedad mental que tiene tratamiento, prefieren mejor no saberlo y si lo saben al parecer prefieren que no tomes medicamentos porque el simple hecho de escuchar las palabras "antidepresivo" o "ansiolítico" les da miedo y lo usan en tu contra.

Por otro lado conocí gente maravillosa que reconoció mi esfuerzo por salir adelante, que me felicitó por mi valor y conocí gente que incluso dijo estar honrada de haber conocido alguien como yo (aun no me lo creo). He conocido a otros sobrevivientes en persona y he podido sentir un abrazo reconfortante en el alma al momento de verme reflejada en alguien más de una manera tangible. He estrechado lazos con amigas que tal vez jamás abrace en persona pero no por eso dejarán de ser mis hermanas de camino. He conocido gente que confía en mi y en lo que hago para evitar que otros pequeños pasen por lo mismo que yo, gente que valora mi opinión.

Mis lazos familiares han mejorado. La relación con mi madre está sanando... ella está sanando sus propias heridas, me despedí de mi hermano cuando decidió seguir su camino del otro lado del mundo, he visto a mi hermana crecer en su matrimonio; el apego entre nosotros es distante pero me preocupé por ellos e hice lo que estuvo a mi alcance para apoyarles, y aunque ya están grandes no puedo evitar recordar de vez en cuando que eran un par de bebés que apenas comían solos cuando por reflejo simplemente les tapé los ojos y los abracé escudándolos con mi cuerpo una vez que mi tío Jesús en uno de sus "pasones" de droga o borrachera entró a la cocina de casa de mi abuela ensangrentado buscando un cuchillo porque tenía la intención de matar a su entonces esposa. Mi familia política ha sido grandiosa conmigo, respetan mis momentos de antisocial, en los que estoy presente pero sin ganas de interactuar, es el mejor regalo que me han podido dar y eso me hace sentir cobijada y cómoda, no tengo que ser algo que no soy... eso también me ha ayudado a sanar.

Este año lo celebré con un singular bautizo de tinta, después de años de esperar y de descartar opciones por fin decidí que me llevaría a la tumba sin arrepentimiento alguno, y... como es el vigésimo aniversario de una fecha tan especial pues fue doble el regalo

Creo que he comentado algunas veces mi fascinación por Alicia en el País de las Maravillas, y desde hace mucho tiempo tengo un conflicto con la connotación que se le da a la palabra "normal" a la hora de justificar cosas que son dañinas pero que siempre han sido de la manera que son. Vamos... todos tenemos cola que nos pisen...

Todos estamos locos aquí




También soy amante de la ciencia ficción. Todas los sobrevivientes llegamos a un momento en el cual le llamamos monstruo, demonio o cosa a las secuelas del abuso. Yo suelo llamar a esa parte de mi "mis demonios", y mi demonio "especial" es una bestia irracional, instintiva, destructiva, indiscriminadora, llena de ira y odio, es una fuerza primigenia que alguna vez tuvo la intención de acabar conmigo. Esta bestia me ha sido útil pero es impredecible, con el tiempo aprendí a convivir con ella y en vez de gastar energía y tiempo en dominarla por el resto de mis días, decidí comprenderla y aliviar su dolor . Descubrí que esta bestia me mantuvo a salvo muchas veces, su locura mantuvo a salvo mi cordura, en ella residen todas la emociones, sentimientos y pensamientos que tendrían a cualquiera institucionalizado; aunque ya no necesito de esa actitud de animal herido y rabioso necesito algunas de sus cualidades pero es mi trabajo dosificar su energía... al fin y al cabo ella es parte de mi y no lo contrario.


Mi bestia y yo estamos en paz





Quiero agradecer a mis amigos por siempre estar y aceptar mis rarezas ;)

La nota musical de esta entrada de aniversario se la quiero dedicar a mi esposo que ha convivido con la "bestia" más veces de lo que yo hubiera deseado, y que vio en algún momento la belleza única de ese ser impredecible y decidió arroparla aunque pudiera salir lastimado, y gracias a eso mi demonio conoció otra fuerza arrolladora y atemorizante, pacificadora y sanadora... todo al mismo tiempo... el amor incondicional.

Wonderwall - Oasis (1995)








3 comentarios:

  1. He leído la entrada con emoción y me he quedado sin palabras.
    Amiga, qué gran superviviente eres!!!
    No puedo más que expresar mi admiración.
    FELICIDADES!!!!

    ResponderEliminar
  2. Hermosas palabras amiga, eres un ser maravilloso e único y una gran sobreviviente te admiro mucho. FELICIDADES

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...