viernes, 27 de noviembre de 2015

Anorexia Ajena

Hace unos años escribí una entrada donde hablaba sobre como me sentía con mi cuerpo, hablé un poco de mi abuela y su relación con este tema... pero sólo fue la punta del iceberg.
Puedes leer esa entrada aquí ¿Belleza?

Para ese entonces aún no cortaba mi relación con mi abuela, estaba intentando retomar la universidad y tenía muchos más temas para trabajar en mi curación de los que tengo ahora, hablar de mi figura y mi cuerpo no era muy importante y además sentía mucha culpa de hacerlo. No me siento curada de las secuelas del ASI, aun tengo trabajo que hacer pero poco a poco he ganado terreno.

El asunto es que... no sólo el ASI repercutió en la manera en la que veo, aprecio y cuido de mi cuerpo y mi salud; mi abuela me dañó mucho más creo y los ASI fueron el tiro de gracia.

Siempre fui "rellenita", en un principio, de pequeña, mi abuela me compraba golosinas, me preparaba lo que me gustara y hasta me servía doble sin ningún problema.

Al llegar a la adolescencia las cosas fueron cambiando, llegar a los 15 años es algo muy importante en la cultura latina, y a mis 14 tenía unos 5 o 7 kg de más... no era esbelta o tan bonita como mis compañeras del colegio, así que... bueno, lo bonita no lo podía arreglar, entonces, lo esbelta sí. Una de mis compañeras iba a consultar con un nutriólogo y me animó para ir a verlo, está de más decir que mi abuela fue muy feliz. En cuanto a mi mamá... pues ella libraba las mismas batallas pero su guerra llevaba más tiempo y era más cruda, a ella le pareció bien... ¡vaya que a todo el mundo le pareció bien!. Y a partir de entonces comenzó mi guerra contra mi cuerpo y mi abuela.

La dieta en un principio iba muy bien, hasta que mi cuerpo se acostumbró y sin importar lo que hiciera comencé a ganar 100 gramos, 200 gramos... y el monstruo llamado Anorexia Ajena hizo su aparición, estaba deprimida... hacía todo lo que me indicaban, mi abuela me acusaba de comer chucherías en el cole, mi madre solo se preocupaba, el nutriólogo me llamaba la atención... Me harté, simplemente un día decidí comer unas galletas de chocolate... y el kilo que había ganado se redujo, todo el mundo feliz de nuevo y yo me sentí culpable. Me cambiaron la dieta y además comencé a hacer caminata con mi abuelo, es lo más bonito que recuerdo de todo ese asunto.

Dejé de visitar al nutriólogo pero comenzó el camino de dietas de revista, temporadas de ejercicio extenuantes, de el té de "esto", de el licuado de "aquello", de mirarme al espejo y sentirme horrenda, de sentir la mirada de juez de mi abuela...

Después de dejar de ver al nutriólogo seguí la dieta con uno de eso famosos licuados que tomas dos veces al día, 15 años y haciendo esas dietas y ejercicio, un día simplemente estaba muy cansada y me dormí, no comí ni tomé el dichoso licuado... desperté con hambre pero sabía que no era mi hora de comer, así que una fruta resolvería el problema... tres bocados de pera y vomité hasta el alma, no pude comer una pera otra vez en años, y a pesar de eso tuve que seguir la dieta a pesar de no querer hacerlo.

Según yo había logrado un equilibrio entre el ejercicio, la comida y la propia naturaleza de mi cuerpo, al cual le parece gracioso crear músculo en vez de quemar grasa para empezar. Tenía 16 años y medio, y dos tallas menos y llamé la atención de uno de mis tíos, ¿el resultado? violación. La poca autoestima que había forjado se vino abajo, me escondí tras un fleco y ropa grande, bajé un poco más de peso por la depresión y el estrés pero eso solo yo lo sabía, bajo tanta ropa era difícil adivinar mi figura. Poco a poco recuperé el apetito y el peso, pero a pesar de ser una talla mediana me sentía gorda, pero no me importaba mucho, estaba en mi etapa de limbo, todo era "normal" de nuevo.

Para ese entonces vivía con mi madre, y caminaba mucho... para ir a la preparatoria, cuando salía con mi grupo del coro de la iglesia, así que hasta cierto punto fue una época de paz, aunque mi abuela deseaba que yo fuera más delgada ella estaba satisfecha con mi figura y yo estaba tranquila pues ella estaba feliz, y claro, seguía tomando los tés y las pastillas milagrosas que ella me compraba... incluso comencé a pedírselas.

Y así pasaron los años, y con los años el cuerpo cambia de forma natural, subía y bajaba de peso, iniciaba una dieta y la dejaba, iniciaba una rutina de ejercicio y la dejaba, y con cada renuncia se iban sumando kilos y cada vez el acumulado era más difícil de combatir y el juicio de mi abuela se iba haciendo más duro.

Poco antes de dejar de vivir con mi madre para regresar a casa de mi abuela sólo comía arroz, tomaba dos litros de agua, tomaba no-sé-qué pastilla e iba al gym para hacer una hora de cardio y una hora del circuito de aparatos y pesas, pero no era suficiente para mi abuela ni para mi novio de aquel entonces

"Cuando te pongas más buena tendré que cuidarte más"

¿Más buena?, ya estaba en los 59 kg y comenzaban a notarse mis huesos de la clavícula, ¡tengo piernas y nalgas! ¡tengo la espalda ancha! para mis 1.57 metros era lo ideal, menos peso y me vería enferma...

Pero enferma ya estaba, solo que no lo sabía, esa "Anorexia Ajena" es muy mía, y aunque ningún médico me ha dado un nombre sé que tengo un problema

Iba de un extremo a otro, comía poco o comía mucho, ¡vamos que me gusta comer!, en mis temporadas fuertes de ansiedad me da por la comida, estoy deprimida... comida, estoy contenta... comida. ¿Se dan cuenta? A mí me costó darme cuenta.

Al regresar a vivir con mi abuela mi peso se fue arriba como la espuma, y mi abuela siempre me miraba con asco, siempre llegaba con la pastilla, el té, el licuado o la dieta de moda, y me se aseguraba que yo tomara lo que fuera en su presencia, de lo contrario me cuestionaba pero la manipulación era tan fuerte que no podía mentirle y tirar las pastillas al excusado.

Unos amigos anunciaron su boda y yo deseaba verme bien, dieta de nuevo, pero esta vez contaba con el apoyo incondicional de mi abuela

Desayuno:
dos clara de huevo con dos cucharadas de champiñones
una rebanada de pan integral
una taza de te

Almuerzo
media pechuga de pollo
una taza pequeña de pasta cocida
ensalada de lechuga, pepino y tomate
una taza de te o una lata pequeña de soda dietetica

cena
un tazón pequeño de cereal integral o tres rebanadas de jamón de pavo
una taza de té

entre comidas
la mitad de una barra de cereal o de proteínas o
un tazón de apio cocido

¿Llega eso a las mil calorías? no

Estaba en la carrera, mi placer culpable eran tazas y tazas de café y por supuesto cigarros.

Perdí 25 kg en muy poco tiempo, ayudó que mi pareja en ese entonces me botó y me sentó muy mal además hacía una hora de tae bo y una hora de biking. Mi abuela feliz por supuesto, me comparaba la ropa, zapatos y accesorios que yo qusiera... pero cuando me vestía para salir repasaba mi cuerpo como aquel que examina un pavo antes de cocinarlo, "¿estás en tus días?... te siento hinchada"... "hoy comiste mucha sal... mira... estás hinchada" "vas a salir con tus amigos... no comas mucho" "no sé como es que bajas de peso si comes mucho" (mucho es un bowl de hojas de lechuga y tres pedazos de pechuga de pollo del tamaño de mi pulgar)

Yo no reconocía mi cuerpo, y no podía parar de hacer la dieta o el ejercicio, por supuesto que el día de la boda de mis amigos lucí genial pero no me sentía genial respecto a mi misma, los huesos de mis brazos y hombros ya se notaban, pero como mis piernas y cadera no se veían igual yo tenía que seguir, no era suficiente para mi abuela luego entonces no era suficiente para mi.

Y entonces el hombre con que me casé entró en escena, a el no le importa como me vea mientras yo esté contenta y sobretodo sana, él es de complexión gruesa y lo primero que salió de la boca de mi abuela cuando le conté que salía con él fue "ahhh el gordito, pues cuidate y piénsalo, que luego las personas se ponen como su pareja pero no de flacos"... si estaba feliz en ese momento el encanto murió y volví a su juego, por fin me sentía cómoda y la palabras de mi abuela fueron un comando imposible de cancelar.

Sin embargo poco a poco comencé a comer más sano y a no excederme con el ejercicio, y... mi abuela comenzó a criticarme de nuevo, había recuperado la figura de complexión mediana, estaba feliz porque me casaría con un hombre excepcional y mi abuela no podía dejar pasar ese momento en paz, "si no bajas 5 kilos no voy a tu boda, me quieres ahí ¿no es así?, no te digo esto para molestar, se que me quieres mucho  y que quieres que yo esté ahí, esto es solo una pequeña motivación para que te veas bonita, para que la gente te vea bonita"

Me casé, me embaracé y tuve una pérdida... la culpa fue "mi gordura"
No importaba lo que hiciera o dejara de hacer, lo que comiera o no, simplemente mi cuerpo dijo ¡basta!, y subí y  subí y subí de peso, y comencé a comer y comer... total.

Y no, la gordura no fue la culpable, padezco Síndrome de Ovario Poliquístico, tan simple y tan complicado como eso entre otras cosas.

Así que mi lucha contra el peso será eterna, punto. Pero para mi abuela no es problema, si por ella fuera yo solo comería alpiste, pero ya la mandé a la mierda hace mucho tiempo. Disfruté saber que lloró al ver unas fotos mías con mi peso actual, no lo negaré... es verdad y no me da pena admitirlo. La última vez que la vi disfruté su mirada de asco, porque yo ya comenzaba a estar en paz conmigo misma pero ella sufría el que yo no me viera "bonita", sufría el no poder controlarme o callarme.

Mi meta ya no es "verme buena", es estar saludable. Ahora estoy en una especie de negación y aunque me cuido no me ocupo mucho como debería, estoy cansada, lo cual tampoco es muy sano. He ido realizando cambios pequeños después de la temporada de valemadrismo gastronómico que tuve, no quiero llegar a mis años dorados pagando las consecuencias de mi descuido, suficiente tengo con las consecuencias del lavado de cerebro de mi abuela.

Los desórdenes alimenticios son míos, y si le llamo a una etapa o conducta Anorexia Ajena es porque todo lo que hice, lo que comí o no comí, no eran por una motivación directamente mía... era para mantener a mi abuela feliz, aunque yo me sintiera mal... aunque yo pensara por momentos que era suficiente nunca era suficiente para ella.

No solo los ASI jodieron la visión de mi misma sino tu también, me da asco lo que hiciste con mi cabeza, pero estoy determinada a no dejarla así porque ya sé, ya soy mas sabia, ahora la responsabilidad es mía y no dejaré que tu siniestra sombra me detenga. No será fácil pero no estoy sola... ¿y tu?

¿Sabes lo que es compartir una comida y crear recuerdos agradables? siento pena por ti.

Hasta nunca abuela, me comeré unos tacos a tu salud y cree que los disfrutaré con muchas ganas...







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...